martes, 6 de enero de 2009

LA TRISTEZA DE SER FELÍZ
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Esa banda inconsolable de perros sin folleto, brujas de alma sencilla, patéticos viajantes. Pobres tontos, pobres diablos, lunáticos diamantes; prometidos de carne, lánguidos, impalpables, son mis amantes... Llegan buenas nuevas de los escondidos, de los convalescientes para los sonados. Mi aliento ya no espera (no hay fiera en mi colmillo) pero devoro herido, el espacio y el brillo de mis amantes. Alguna recaída (un poco de hipo brusco) para los fugitivos marcados a fuego y alguno que otro hechizo (todo muy sencillo) si nada te conmueve; ni los tiroteos de mis amantes...
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-Toda felicidad guarda una tristeza, por más minima que sea; y toda persona guarda un secreto en el corazon, por más doloroso que sea.-
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-Espacios personales-
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