sábado, 25 de octubre de 2008

El derecho al delirio

El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera.
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Habrá que encontrar un lugar para esconderse, habrá que entrometerse un poco más, habrá que desempolvar el disfraz de valiente y salir a tropezar, habrá que hacer lugar en los cajones o habremos de salir a descartar. Cualquier idea nueva que descuelga en una tarde y que queramos probar, habrá que alborotar el avispero para ser más placentero soportar este aguijón, habrá que encomendarnos a esa nada que dejamos maniatada cuando todo no salió; habrá que barajar y dar de nuevo sin esperar que nos venga un puto as, habrá que encender otro cigarrillo y aguantar para apostar, habrá que ver porque estoy tan cansado ahora que hay mucha sopa por tomar, habrá que ser infiel con la conciencia amada noche, habrá que descansar, habrá que sondear muchos agujeros ahora que ya sabemos no hay persona que sea igual, habrá que acabar este polvo eterno y bancar que una semilla se haga planta de verdad, habrá que escudriñar en las vidrieras para ver si hay una oferta que podamos regatear ahora que tengo un techo con goteras y lo tengo que arreglar, habrá que si esto no debió haber sido porque le encuentro sentido a que halla una y otra vez, habrá que nunca debe haber habido tantas cosas por haber, habrá que si esto no debió haber sido porque le encuentro sentido y que hago yo esperando un puto as. Abrase visto hermano tantas cartas en la mano y sin un mango.